Beatriz Vignoli (Argentina, 1965)

ECLIPSE

En el horno de leña y de ladrillos
el cóncavo disco de hierro donde se asa
la carne y los panes se tuestan
parece, en su trípode, una de aquellas cosas
antiguas frente a las que tanto
te gustaba fumar.

Tu amigo me cuenta: vas a las cuatro plazas
por una vereda, por la otra
vereda vas volviendo como el loco a su casa.
Tu amigo me cuenta: en todos estos años
no pronunciaste más una palabra.

Cruza las piernas: noto que sus botas
son del mismo estilo que ya era viejo entonces.
La lleva, sin embargo, con gracia
pero su silencio es un reproche.

Oscuro contra el fuego, el perfil del disco
parece rebanado de un eclipse total.



DAFNE
a Hugo Padeletti

Ser verde en el invierno,
ser brisa y ser azul,
deprisa:
que padre río me transforme en árbol.

Debo espejar lo eterno en el instante
del brillo,
ser la cava del grillo:
que padre río me transforme en árbol.

Entre las hojas el trueno al sol murmura;
yo huyo en la espesura.

No quiero ser la cosa
que un dios rapta y destroza
y durar como resto:
dadme al pesto.

Que padre río me transforme en árbol.

Sólo existir apenas,
floral, obscena sombra de la gloria
en una vana frente. No la afrenta
de Apolo.

Prefiero vegetar, vegetalmente.
Que sea sueño toda mi memoria.



LA CAÍDA

Si te dicen que caí...

es que caí.
Verticalmente.
Y con horizontales resultados.
Soy, del ángulo recto
solamente los lados.
Ignoro el arte monumental del sesgo,
esa torsión ornamental del héroe
que hace que su caer se luzca como un salto.
Ese rizo del mártir que, ascendiendo
se sale de la víctima
y su propio tormento sobrevuela
no es mi especialidad. Yo, cuando caigo,
caigo.
No hay parábola
ni aire, ni fuerza de sustentación.
Un resbalón: espero. Al suelo llego
por la ruta más breve.
Un alud, una piedra,
una viga a la que han dinamitado.
No hay astucias del cuerpo en mi descenso.
Se sobrevive: el fondo
del abismo es más blando
para quien no vuela, sólo cae.
Si te dicen que caí,
no vengas
a enseñarme aerodinámica revisionista.
No me cuentes de los que cayeron venciendo.
No vengas a decirme
que no crees que haya sido un accidente.
En lo único que creo es en el accidente.
Lo único que sabe hacer el universo
es derrumbarse sin ningún motivo,
es desmoronarse porque sí.





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