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Mostrando entradas de diciembre, 2012

La tierra también es redonda en Aarhus (Marcela Muñoz Molina, Chile)

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“ Cada ciudad tiene su torre, para empinarse y está sola” Carmen Ábalos Ninguna torre es más alta que el faro que guía a los barcos en Aarhus. Pintado de brillantes colores, es tan imponente que nadie lo ve. Ellos ven lo que está en la vitrina más próxima, en las pantallas de líquido neón, pero nadie se arriesga a sentir el vértigo de subir la mirada. Quienes han tenido la suerte de tomar distancia, saben donde nace y muere la luz del faro de Aarhus. A doce mil quinientos kilómetros de distancia es fácil ubicarlo en el mapa. Los navegantes perdidos en el Cabo de Hornos saben, que cuando el viento ha enloquecido los relojes, deben mirar hacia los cielos del norte buscar en la altura ese latido de luz naranja que gira sobre las nubes. Desde la curva sur del mundo, unas pupilas desconocidas cuelgan de esa llama que arde día y noche. El fuego obliga a los marineros a parchar las velas en medio de la tormenta y mantener las manos firmes en el timón. Un viento de ci

Pier Paolo Pasolini (Italia,1922)

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Al PRÍNCIPE Si regresa el sol, si cae la tarde, si la noche tiene un sabor de noches futuras, si una siesta de lluvia parece regresar de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo, ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello: ya no siento delante de mí toda la vida... Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo: horas y horas de soledad son el único modo para que se forme algo, que es fuerza, abandono, vicio, libertad, para dar estilo al caos. Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte que se viene encima, en el ocaso de la juventud. Pero por culpa también de este nuestro mundo humano que quita el pan a los pobres, y a los poetas la paz. A ALGUNOS RADICALES El espíritu, la dignidad mundana, el arribismo inteligente, la elegancia, el traje a la inglesa y el chiste francés, el juicio tanto más duro cuanto más liberal, la sustitución de la razón por la piedad, la vida como apuesta para perder como señores, os han impe