Jorge Cáceres (Chile, 1923)

 

JUSTINE


El 8 de julio de 1787 una mujer ha cruzado por el sitio que hoy ocupa el puente de Enrique IV

abatida por el peso de un pensamiento ella se ha inclinado al pozo

con un gesto de ráfaga todos los párpados del mundo se han cerrado

y sin un presentimiento de socorro las ventanas daban al sótano

y las copas de los castaños más familiares que entonces

con una mueca de socorro erraban la tempestad de París

sorprendida por un ojo que se ha posado en su presa

una mujer sobre la nieve con manchón de armiño

en un sentido inverso a la línea negra que cruza su pecho

el rayo la ha detenido no obstante en el bosque

los árboles dejan caer sus últimas señales y expiran

pero una ventana se ha abierto en la niebla a todo escape

una mujer de blanco com aretes de fieltro

con cabellos de fósforo demasiado fresco

se ha detenido en la costa ella ha tomado el mal paso

pasajera misteriosa ha sabido ocultar su nombre bajo un signo de talismán

entonces sobre cada ventana de Viena una lámpara se ha evaporado

como una rama en el bosque al paso del hormiguero

el relámpago primo del hada en los hilos telegráficos

el sol se ha desplomado para siempre en el bouquet de la pasajera

que gira sin cesar bajo la Vía Láctea

todos los perfumes del día se han encerrado en el observatorio

donde dos canarios helados han descubierto un bombóm de vitriolo

sobre el marco de la ventana una flor momentánea

en el gabinete negro de la fotografía aplicada al sueño

haciéndose llamar por un nombre de generación un tanto sórdida

ella sabe que mi pensamiento da vueltas

como los latidos negros sobre blanco de la aguja sobre la esfera

la noche cae en un abrir y cerrar de ojos sin contar que ella estaba ahí

una mujer con cinturón de castidad de plumas de cuervo

se pasea desnuda al borde de una ciudad que se llama yo no sé

bajo su guante yo he notado la señal del grillo

cuando pasaba ha levantado la cabeza

ella me ha dicho Monsieur de Bressac me espera para el té  

un rendez vous de pacotilla sobre la nieve a vista de reno

delante del abismo de límites vagos

una cabeza com doble lengua de muñeca que dice sí y no

Ha caído la muerte ha rodado sobre el parquet encantado violeta doble

En todas direcciones unos ojos galvanizados en dos direcciones

enmascarados ellos han pasado por el ancho del alero

el tornasol ha girado en dos direcciones a conocer su própria presa

Justine una vez yo he dicho Justine el 8 de julio de 1944 para las generaciones al fondo

del día

El rayo se ha detenido un instante en su dedo

pero el mundo ha pasado solo ha errado bajo la luz que tapiza el bosque

el se ha mantenido disponible al amor de dos siglos consecutivos

una patada en pleno rostro

los mejores han pasado.




 


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