Niels Hav (Dinamarca, 1949)


LAS MUJERES DE COPENHAGUE


Me he vuelto a enamorar de cinco mujeres
distintas durante un viaje en el autobús de la ruta 40
de Njalsgade a Osterbro. ¿Cómo va uno a controlar
su vida en esa condiciones?
Una de ellas llevaba un abrigo de piel;
otra, botas rojas. Una leía el periódico; la otra, a Heidegger
y las calles estaban inundadas de lluvia.
En el bulevar Amager subió una princesa empapada,
eufórica y furiosa, y me cautivó totalmente.
Pero se bajó frente a la estación de policía
y su lugar lo tomaron dos reinas con pañoletas fulgurantes
que hablaban con voces estridentes en pakistaní
durante el trayecto al Hospital Municipal
mientras el autobús bullía de poesía.
Eran hermanas e igualmente bellas, por lo que les entregué
mi corazón a las dos y empecé a hacer planes de una nueva vida
en una aldea cerca de Rawalpindi, donde los niños crecen en medio del olor
a hibisco mientras sus madres cantan canciones desgarradoras cuando
la tarde cae sobre las llanuras pakistaníes.
¡Pero ellas no me vieron! Y la que llevaba el abrigo de piel lloraba
con disimulo, cubriéndose con el guante, cuando se bajó en Farimagsgade.
La que leía a Heidegger cerró el libro de súbito y me miró fijamente
con sonrisa burlona, como si acabase de vislumbrar a un Don Nadie
en su mismísima insignificancia. Así se me partió el corazón por quinta vez
cuando se levantó y se fue con las otras. ¡Qué brutal es la vida!
Seguí otras dos paradas antes de darme por vencido.
Siempre termina así: uno, de pie en la acera, fumando un cigarrillo,
tenso y levemente desdichado.


EPIGRAMA

Te puedes pasar la vida entera
acompañado de palabras
sin encontrar
la justa
Igual que un pobre pez
envuelto en un diario húngaro:
¡primero, está muerto,
segundo, no entiende
húngaro!


EL POEMA

No ataque
al poema: ¡Está arrestado!

El poema se niega a obedecer órdenes.

El poema no se da en confinamiento solitario.
El poema deambula en la intemperie,
hurga en los residuos ajenos,
lleva pistola.

El poema desconfía de la ley y los tribunales,
mas confía firmemente en una ética superior.
El poema discute con azarosos transeúntes,
se mete a la oficina ejecutiva con acusaciones infames;
no tiene ningún respeto. Huele mal
(a mierda & rosas)

El poema espera gustoso la tormenta.
El poema pasa la noche en soledad
y desenfrenado éxtasis.
El poema se encuentra en los aeropuertos
a bordo de transbordadores hacinados.
El poema es en gran medida político, pero odia la política.
El poema es quisquilloso,
y abre la boca en raras ocasiones.

El poema estropea la fiesta.
El poema se saca la chaqueta
y sale a tu encuentro.

El nerviosismo es parte del poema.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Erick Pohlhammer (Chile, 1955)

El canto de la hembra atómica (Marcela Muñoz Molina, Chile 1966)

Luisa Valenzuela (Argentina,1938)