Niall Binns (Inglaterra, 1965)



BUITRE


Buitre el homo sapiens que se ceba en la desgracia de los demás
Buitre el que desempolva la memoria de su familia deshecha
Buitre el que esteriliza el paisaje de su podredumbre orgánica
Buitre el que llora, masturbándose, por lo que pudo haber sido
Buitre el que aún atesora sus primeras cartas de amor
Buitre el que empolla su nostalgia en atardeceres sin fin
Buitre el que se arrastra detrás de un paraíso perdido
Buitre el que vive en las escarpadas crestas de las sierras
Buitre el autobiógrafo de la infancia iluminada
Buitre el periodista fabricante de sordideces
Buitre el que escarba las escombreras por comida
Buitre el abogado cortejador de los deudos
Buitre el carnívoro que no siente la muerte
Buitre el que habita un universo de chatarra
Buitre el fanático de Barbara Cartland
Buitre el funcionario de las endogamias
Buitre el que vuelve a ser niño en los sueños
Buitre el lector de San Juan de la Cruz
Buitre la ebriedad de las alturas
Buitre el devoto del diccionario
Buitre el ratón de biblioteca
Buitre el heredero voraz
Buitre el que escinde las nubes
Buitre el rey del reciclaje
Buitre el coleccionista
Buitre el ave sagrada
Buitre el calumniado
Buitre el que calumnia
Buitre el poeta
traficante
de restos
Buitre el buitre


LOS RESTOS DE LA VACA CUYA CARNE COMO...


La vaca cuya carne como
fue criada y cuidada por alguien que desconozco
llevada al matadero por alguien que desconozco
electrocutada por alguien que desconozco
troceada en porciones por alguien que desconozco
inyectada de conservantes por alguien que desconozco
empaquetada en plástico por alguien que desconozco
y comida por mí
Los restos de la vaca cuya carne como
fueron tirados al suelo por alguien que desconozco
barridos del suelo por alguien que desconozco
recogidos por alguien que desconozco en una caja
transportados a un vertedero
y comidos por un buitre 
Carroñero él, carroñero yo


GYPAETUS BARBATUS (II)


Desde finales de diciembre o enero la hembra pone 2 huevos rojizos, con manchas grises. Los dos adultos los incuban por turno (la hembra más tiempo que el macho) durante 55 a 60 días. Como el segundo huevo es generalmente puesto 4 ó 5 días después del primero, el último en nacer suele ser perseguido por el mayor y termina por perecer
Karel Stastny, La gran enciclopedia de las aves, 1990
Un hermano menor es siempre una molestia
Su vida es un esfuerzo febril por usurpar
el papel que corresponde al primogénito
Experto en el chantaje emocional
pretende congraciarse con sus padres
con quejas lastimeras y un hipo inconsolable
para así concretar la insubordinación
insidiosa, el golpe de estado que planea
No pienso –sin embargo–
ceder ni un centímetro
Si hay hueso suficiente para uno, es para mí
No tengo inconveniente en dejarle comer
si me harto
Al fin y al cabo, es mi hermano menor
pero no me harto
nunca






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