Rodrigo Lira, Chile (1949)


SERMÓN DE LOS
HOMBRECITOS MAGENTA

Para D.T.
el burro y la muerte
se desnuda



No te olvides del lector, Po
Po
Poe
ta: el lector de poesía
es el más exigente inteligentísimo
culto preparadísimo!
La poesía no es para cualquiera y no
cualquiera escribe al óleo con el pincel
de Francis Bacon. Reconoce el límite de tus
posibilidades. Limítate a la acuarela,
en tus comienzos. Abocetea, con
delicadeza. Filtra, tamiza,
depura. Explora tu veta
sin brocear tu mina.
.............................. El sonido está en 
la letra. La voz, escritor, se te da por 
añadidura.
.............................. No recortes. Nada de volteretas 
de Volotinero, ríen de pirotecnia. 
La torta de letras no precisa crema
No pulses tu lira por monedas de oro o 
bronce (Proverbio Japonés)
Habrás de tomar en cuenta
lo de siempre: la luna las flores la muerte
la tristeza. La doble circulación,
el inasible equilibrio entre vómito
y estilo, las mujeres de palabra (La diosa),
las musas las figuras los recursos: lo
de siempre, en odres otros. Medita
tus versos siete veces, y tu verbo
cuarenta veces siete. Suma dos
más dos: descuenta
el IVA!




COMUNICADO

A la Gente Pobre se le comunica
Que hay Cebollas para Ella en la Municipalidad de Santiago.
Las Cebollas se ven asomadas a unas ventanas
Desde el patio de la I. Municipalidad de Santiago.
Tras las ventanas del tercer piso se divisan
Unas guaguas en sus cunas y por las que están un poco más abajo
Se ve algo de las Cebollas para la Gente Pobre.
Par
a verlas hay que llegar a un patio

Al patio con dos Arboles bien verdes
Después de pasar por el lado de una como jaula
Con una caja que sube y baja
Después de atravesar una sala grande con piso de baldosas
Y con tejado de vidrio
Con unas señoritas detrás de unos como mostradores
Después de subir unas escaleras bien anchas
Después de pasar unas puertas grandes
En la esquina de una plaza que se llama
"de Armas", en la esquina del lado izquierdo
De una estatua de un señor a caballo, de metal,
Con la espada apernada al caballo
Para que no se la roben y hagan daño.
Ahí, debajo de las ventanas con las guaguas,
Están las Cebollas.
No sé si podra conseguir
Unas poquitas.
El caballero que maneja
El ascensor ese, con paredes de reja.
Me dijo que eran
para la gente pobre.
Después, dijo algo del Empleo Mínimo.
Yo tenía que irme luego a comprar un plano de Santiago
y una máquina de escribir.

(sucedido y escrito en junio de 1979).





Comentarios

Entradas populares de este blog

El canto de la hembra atómica (Marcela Muñoz Molina, Chile 1966)

Erick Pohlhammer (Chile, 1955)

Apuntes Trasatlánticos (I) Marcela Muñoz Molina, Chile